Bienvenidos, caminantes. Hoy seguiremos con nuestra mirada a las facciones justo en el momento que cruzaron el umbral de COLOSOS, un punto en que ya no podrán volver atrás, porque incluso la peor de las guerras puede escalar un paso más arriba, especialmente con la llegada de los Colosos.

La invitación hoy es a caminar por los pasillos que conducen al Abismo, y entre sus estrechas paredes no hay lugar para miedos y dudas. Debes estar atento, pues algo está bramando en la noche, es un llamado y el convocado eres tú.

Pagoda Insana – Ilus. Francisco K

¿Qué ha sido de los Abismales?

Previamente a Colosos, la facción de las sombras vivía un momento complejo provocado por el permanente acoso de la Corporación y la pérdida de algunas fuentes de Caos a manos de la Acracia. Pero ninguno de estos choques externos mellaría el espíritu de la Entropía, sino que sería el germen de un conflicto interno, lo que haría tambalear a la facción más antigua.

Verán, el conflicto es un fenómeno permanente en el Abismo. Se espera que un Inquisidor deba defender su puesto, que un demonio devore a otro y que existan un millar de visiones sobre qué significa ser un abismal. La llegada de Moloch, sin embargo, aplicó una nueva tensión a la facción, una que crisparía los nervios del Concejo.

Los Baltazo y el Sueño de Moloch

Aunque no quiero tocar las acciones de Moloch en este post, no podemos dejar de nombrar a quien una vez fue una orgullosa casa abismal, la cual produjera a numerosos inquisidores. Boris G. Baltazo había encontrado una forma de retornar a aquella grandeza: aliarse a Moloch y usar los recursos que este poseía, alguno de los cuales estaban arraigados en la facción. Esto lo levantó por los cielos, pero tan solo por unos cuantos segundos, pues el inmortal vástago del abismo se daría cuenta que este pequeño desviante sería incapaz de cumplir su sueño.

Samael Alas Negras – Ilus. Feig

Los Baltazo conocieron una segunda vergüenza: perseguidos por el Inquisidor y el Concejo, se transformaron en parias. Este dolor fue recibido con elegancia y estoicismo por Della, quien demostró públicamente su desprecio por su hijo, al mismo tiempo que comenzó a investigar la existencia de los Colosos. Buscando al Gran Archón, un ser proteico y de gran poder, fue víctima de una trampa puesta por Petrov, la cual casi la destruyó. Una vez más se reintegraría entre los suyos, esta vez apoyada por la facción de la sangre y las Hermanas de la Locura, quienes le dieron la llave que le faltaba: Bar-Lugura.

Della Baltazo – Ilus. Feig

Hoy, ella y su nuevo guardián son una fuerza en ascenso dedicada a cazar a sus enemigos internos, incluso al propio Boris y así acabar con el Sueño de Moloch.

Aunque muchos dan por muertas las esperanzas de la alianza Moloch/Baltazo, la sonrisa de Samael Alas Negras puede significar malos augurios.

El Concejo

Los Siete Apetitos del Abismo, los miembros del Concejo, son una fuerza única e indisoluble, pero que hoy comparte una visión en común: el miedo. Moloch ha crecido, y aunque sus manifestaciones aún son manejables, han urgido al Inquisidor para que vaya en búsqueda de Zeernebooch, una fuerza al menos equiparable al viejo corruptor.

No – Ilus. Genzo

Aunque Petrov jamás ha fracasado, se han asegurado de blindarse con nuevas armas y estrategias. Entre estas está la creación de fuerzas de choque y vigilancia lideradas por No, entre las que se cuenta su hermano, un terrible ser simplemente llamado El Mal Hijo.

Algunos miembros, añorando viejos tiempos, han tomado el bando de Della, quien parece ser una líder capaz y muy digna de admiración, un posible reemplazo para Petrov. Esto no es voz popular y solo se susurra.

Los nuevos Baalitas

Muchas veces dejados de lado, purgados y expulsados. La verdad es que este grupo de sobrevivientes aún tiene mucho que decir. Estos desviantes están relacionados con alguna clase de inteligencia colectiva extraplanar, que han ido creando a través de los años y que Gusano Rojo es capaz de usar para atraer a nuevos “hijos de Baal”.

Escorpión Negro – Ilus. JOnathan Cheuquén

Baal, el original, describía a los artrópodos como seres perfectos, que el cuerpo humano hecho de piel y carne era un capullo y que se debía salir de él para mejorar. Pues bien, pese a todas las luchas y persecuciones, nuevos guerreros callejeros comienzan a asomarse. Seres indomables, violentos y predadores.

Éstos tan solo son una primera oleada de rebeldes que ansían lo que por años se les ha negado: un lugar digno en el Abismo. Necesitan un líder, eso es verdad; Gusano Rojo, el más poderoso de estos curiosos seres, sabe que esto es cierto. Una canción recorre la noche, un llamado que parece estar reuniéndolos aunque el cantante sea desconocido. Por ahora, el viejo Gusano se limita a recorrer las noches humanas en busca de nuevos recursos y formas de servir a su viejo amo, con cuidado de no caer aplastado por el peso de Moloch y su hambre desmedida.

Petrov y sus fuerzas

El Inquisidor no necesita pasar pruebas de fe, ni que nadie crea en él. Ivanovich dice y hace. Así es como se adentra en una de las ciudades al borde de la realidad para encontrar a un Coloso caído, el cual servirá de hogar para Zeernebooch.

Sabe que el Concejo teme, eso los hace peligrosos e inseguros; cuando llegue la batalla final, tendrá que demostrar cuánto pesa en esta historia. Por esto ha comenzado a recopilar distintas fuentes de poder: la energía primordial de Calgur y la voluntad acumulada en la Torre del Cuervo, lo que fue un golpe letal para la causa de Boris Baltazo.

Absorber Santuario – Ilus. Jonathan Cheuquén

El recientemente despierto Coloso también ha convocado fuerzas irresistibles y reformado otras que estaban castigadas: Pallas es el mejor ejemplo, transformándose ahora en un vidente de su señor oscuro y en el cazador de las manchas de Moloch.

Antonia, por otro lado, ha recibido una extraña tarea: pelear del lado de Quimera y Acracia en contra de Moloch. “Aniquilar a la bestia es primordial”, dijo el maestro y ella obedece con una maligna excelencia. Sus poderes crecen, cambiando climas y ánimos con su mera presencia. El Inquisidor no solo lo sabe, sino que parece tener una fe ciega en las capacidades de su pupila.

Lluvia Roja – Ilus. Chamán

Bushyansta, el desolador, es otro fenómeno desatado por el Inquisidor. Un abismal solitario y casi tan antiguo como un Coloso o un Hankar, pero parece feliz con la enorme sombra que proyecta Petrov. Todas estas piezas de ajedrez parecen estar acomodándose lentamente, sabe que pocos sobrevivirán si su estrategia es exitosa, pero si fracasa el resultado será aún peor.

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