Es una de las primeras noches frías en Santiago mientras escribo esto, y a pesar de que los nervios han estado presentes durante todo este proceso, hoy es la primera vez que me invade el miedo. Black Hound ya no esta, él intentó advertirnos, contarnos esa historia que los poderosos han tratado de ocultar, algo logró publicarse en esos años pero los textos parecen extraviados, perdidos no por simple casualidad. En su nombre y en el de todos los que aportaron en ese momento es que estoy intentando revivir esos textos, con más curiosidad que talento, sólo tengan claro que la guerra está aquí, incluso ahora, con el virus esparciéndose por la ciudad. Lo que cuentan estos relatos es sólo el comienzo.
En 1954 Lázaro Deja Bautista acuñó el término Desviante, y aunque dos años después intentó de ocultar la investigación sobre los porcentajes de nacimientos de niños índigo, no son los primeros registros que hay al respecto. En 1841 un ser al que solo llamaremos Koj, básicamente porque lo único que suele recordar es ese nombre, ya había descubierto el factor que los distinguía de otros seres humanos, pero, ¿qué son los Desviantes?
El profesor Shawn Remmington en su investigación habla de la existencia de seres que demuestran ciertas habilidades derivadas de su evolución. No pertenecen a un país o raza en específico y un par permanece infiltrado en los gobiernos de más de un país. Un factor mínimo en su ADN los haría ser capaces de trastocar la realidad a su antojo.
Estos Desviantes llevan años perfeccionándose, llevando sus habilidades más allá del límite, uniéndose a clanes que ellos denominan facciones, enfrentándose entre sí en una guerra que lleva mucho más tiempo de lo que podemos llegar a imaginar. Pero ¿cómo lo hacen? A través de la Voluntad.
¿Qué es la Voluntad? Según el único desviante que ha aceptado hablar conmigo sobre el tema, está dentro de todos nosotros (aunque permítanme dudarlo), la diferencia radica en que ellos aprenden a manipularla y proyectarla, ya sea a través de una bola de fuego o de cómo son percibidos visualmente por los demás. Las posibilidades parecen ser infinitas, pero operan bajo ciertas reglas, que son impuestas por lo que algunos de ellos llaman esferas de poder.
Las esferas son supuestas manifestaciones orgánicas de la relatividad y son cuatro: luz, oscuridad, orden y caos. Cada facción se especializa en dos esferas, algunos desviantes llegan a manejar una tercera pero, como estas tienen un orden muy establecido para su funcionamiento, todos tienen prohibido la esfera opuesta a su esfera principal. Si sabes donde ir, puede que te hablen de la profecía del Elegido, un desviante capaz de manipular las cuatro esferas y quien llevará la humanidad a su siguiente paso evolutivo. Mi informante no cree en estas tonterías, me asegura que sería imposible que un desviante que maneje las cuatro esferas viva en esta realidad, que su mera existencia provocaría el desequilibrio del mundo tal como lo conocemos. ¿Yo? No se si creerle, podría ser uno de sus tantos desvíos para que hable solo de lo que a él le conviene.
Creo que debería dejar este informe hasta aquí por ahora, la noche esta silenciosa y no he dejado de sentir que algo me observa. De pronto un mensaje aparece en mi celular desde un número desconocido: Quimera.
~Looking Glass.